Sitges, cuyo nombre viene de “sitja” (en catalán, un depósito subterráneo donde guardar grano), se configuró alrededor del castillo de Sitges, que se construyó en el siglo XI. Un castillo que tuvo una historia algo accidentada, ya que fue destruido y reconstruido en más de una ocasión a causa de enfrentamientos y guerras, y que terminó por ser demolido en 1888. En su lugar se levantó el actual ayuntamiento de la localidad.

Ya en la época medieval Sitges era una localización especial, porque era la única población costera entre Tarragona y Barcelona y estaba rodeada de murallas. De hecho, todavía hoy se pueden ver partes de esta muralla que protegía el municipio (aunque muchas de ellas fueron destruidas), que durante años fue atacado por tierra y mar, tanto por tropas de distinto ejército como por bandoleros y piratas.

En el siglo XVIII Cataluña consigue permiso para poder comerciar directamente con América, un hecho que marcaría la historia de Sitges. Muchos locales viajaron allí para realizar negocios de importación y exportación. Los sitgetanos que emigraron para trabajar eran conocidos en la localidad como los “americanos”, que regresaban a Sitges en verano y arreglaban las antiguas casas o construían viviendas espectaculares con sus nuevas fortunas. Además, invertían también en viñas, banca, sociedades recreativas, etc., lo cual jugó un papel muy importante en la evolución de la localidad. 

A finales del siglo XIX Sitges se encuentra en uno de sus mejores momentos, ya que está viviendo un proceso de crecimiento tanto a nivel económico, como a nivel cultural y en comunicaciones: nuevas construcciones, creación de industrias, vías de tren, la llegada de agua potable… Además, con la llegada del escritor y pintor Santiago Rusiñol, que estableció su taller-museo “Cau Ferrat” en Sitges, y la construcción del Palacio Maricel, la localidad se convirtió en uno de los puntos clave del movimiento modernista catalán.

Historia reciente

A principios del siglo XX, Sitges continúa con la modernización de los servicios e infraestructuras de la localidad que había empezado a finales del siglo anterior: se construye el paseo marítimo, se urbaniza la zona de Terramar, llega la electricidad, el teléfono y los “americanos” siguen construyendo casas señoriales delante del mar.

Durante muchos años, Sitges fue vista como una localidad culta y cosmopolita, que era también lugar de residencia de artistas e intelectuales varios. Sin embargo, todo esto se vio afectado por la llegada de la Guerra Civil española y la posterior dictadura. Aun así, se puede decir que esto supuso solo una pausa y es que desde finales de los años 70, después de esta etapa complicada, Sitges no ha parado de crecer y de mejorar sus infraestructuras.

Así pues, no hablamos solo de una bonita localidad costera al lado de Barcelona, hablamos también de un municipio con historia y que ha estado en constante evolución y mejora. Por todo esto nos gusta tanto Sitges y queremos compartirla con vosotros con nuestros apartamentos vacacionales, que os permitirán descubrir esta maravillosa localidad y os harán sentir como en casa.